La eliminación desde la mirada de Nico Cortes
Por Nicolás Cortes
Había
lagrimas por doquier. Como de charcos y lagunas, mi habitación. Es que me había
muerto una vez más. Quiero decir que un puñal atravesó mi pecho para detener el
corazón, en una noche maldecida.
¿Quien
me habrá inyectado esta bendita pasión? Ya no se qué pensar, ni a quién culpar.
Estoy buscando alguna manera de descargar tanta impotencia.
¿Que se puede hacer ante la derrota,
cuando te corre sangre a mil kilómetros por hora, y tu mente previamente estuvo
preparada tan solo para la victoria? Ni siquiera había considerado el empate.
Seguramente un error, desde la psicología. Pero si es que, parecían los
planetas alineados con la noche vestida de negro, los carros que emitían el
humo angelical, el tipo de la bicicleta salía de la obra sin sentir ningún tipo
de frio, el mercado cerraba sus puertas un rato antes porque jugaba Central. La
ciudad lista, porque ganaba Central.
Ya
nos habíamos golpeado, y no quiere decir que estemos hechos para sufrir. Porque
el sufrimiento es una actitud. Nosotros estamos hechos para afrontar. De
pellejo fuerte , de garras firmes. Para jugarle cara a cara al ultimo y al campeón.
¿Pero que quiere decir tanta desgracia?¿A que se debe el castigo? Se lo he
preguntado a Dios. Supimos perder y resignar. Estuvimos malos momentos, actos
impuros, merecimientos negativos, y gente pesimista, pero esta vez, ¿qué nos
quiere decir, Señor? Si la lección estaba bien aprendida. Pasos seguros, uno a
uno.
El
crucifico se mantenía intacto. Que carajo tiene que ver Dios con la voluntad de
los pies. Esos pies que parecían ir dejando huella profunda. Que esos pies no
acertaron un tiro libre penal es una realidad, pero estoy buscando otra cosa.
Ese no era el final, así, de golpe, cruel, ingrato. Que culpa tiene esa gente
ilusionada con razón y lógica, desbordada de amor y necesidad de alegrías. Por
que ese llanto de los jugadores que soñaron este juego cada noche de sus vidas.
¡Que me dicen de todos aquellos colaboradores que día a día dejan un poco de su
piel en el club!… ¿Qué te pasa universo y santos cielos , que no nos quieres
ayudar?
Había
dejado deshecha mi alma. De a poco se me venia un poco de memoria y razón. Por
que de costra fuimos creciendo. Si nos vieron nacer como mendigos. Nos
arrastramos por calle Alsina y de repente nos hicimos grandes. Fuimos fenómeno
y ciudad. De golpe en golpe, multitud popular. Pasó el éxtasis y en las ruinas,
el imperio resistió. En cuatro paredes cementamos la raíz, para volver a
anhelar. Es que entre lágrimas de hombre, sigo creyendo que así viviremos. Lastimado, sangrante, mal herido nuestro
destino, pero vamos a ver ¿quien tiene mas orgullo? En la derrota nos quieren
ver los mismos que admirados, preguntan como hacen para volver.
Presiento
que algo esta por venir. Es pesado y grande el cuervo. Tiene su mirada
desafiante, perdió alas pero le ganó a la muerte. Y vuelve las veces que
quiere. Le comunico a la sociedad, que en este charco profundo, alguien
inmenso, esta tomando impulso.
Foto: Cintia Casimiro - La Voz del Cuervo
NICOCORTES